No cuesta nada, hágalo por favor.
El acto de cepillarse los dientes es hoy en día algo común, aunque a algunas
personas habría que explicarles en qué consiste todo ese ritual.
Hay que entrar en el lavabo, encender la luz si es de noche y situarnos frente a la pica. Acto seguido cogemos el cepillo de dientes ya sea manual o eléctrico, abrimos la tapa de la pasta de dientes y apretamos el tubo casi siempre estrujándolo por el medio. Ponemos la cantidad necesaria de pasta en el cepillo, tapamos la pasta de dientes, abrimos el grifo y mojamos la punta del cepillo donde está la pasta.
A continuación introducimos el cepillo en la boca: cepillamos enérgicamente las muelas, los caninos, las paletas, todos los dientes desde todos los ángulos. Acabamos limpiando la lengua y la encía, porque ahí es donde se acumulan más bacterias. Nos enjuagamos la boca con mucha agua porque si no luego la pasta pica en la lengua, enjuagamos el cepillo con abundante agua y luego lo secamos con una toalla para que no salgan hongos.
Cogemos el colutorio de menta, mentol o del gusto del
consumidor, ponemos un buche del líquido en la boca y hacemos gárgaras. Después
escupimos el líquido en la pica, tapamos la botella y cogemos el hilo
dental. Anudamos el fino hilo a cada dedo índice y lo pasamos entre los
dientes, tiramos el hilo utilizado. Apagamos la luz y salimos del cuarto de
baño.
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