La
muerte como amante.
- -Véte, déjame en paz –gritó ella- no quiero
volver a verte.
- -Ábreme cariño, juro que no volverá a suceder. ¿Sabes?
Me has descontrolado con tus tonterías.
- -¡Miéntes! No digas eso, estás borracho y no
pienso aguantarlo más.
- -No estoy borracho... Ábreme y lo hablaremos
tranquilamente, juro no tocarte ni un pelo más.
La mujer dudó. Pero finalmente abrió la puerta. Se sentó en
la cama y lo miró con los ojos llorosos. Él se le acercó lentamente y le puso
las manos en el cuello. Se resistió inútilmente. Acto seguido se oyó un crujido
bajo sus manos... La había matado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario